El humus es un abono orgánico, pero no cualquiera: emerge naturalmente en cualquier tipo de tierra en su estado natural, pero en cantidades muy pequeñas y extremadamente nutritivas. En un bosque, por ejemplo, la cantidad de humus en la tierra es de un 5%, mientras en la arena de playa llega apenas a 1%.
Se diferencia del compost y del abono orgánico porque está en un proceso de descomposición más avanzado debido a la acción de hongos y bacterias: es de color negruzco, por la gran cantidad de carbono que tiene. Mientras se descompone, el humus aporta nitrógeno, fósforo, potasio y magnesio a la tierra y las plantas. Es, pongámoslo así, el proceso de descomposición orgánico más nutritivo para la tierra.
Una de las maneras más sencillas de conseguir un humus para aplicarlo a tu tierra es a partir de lombrices, que podemos recolectar en nuestro propio jardín. El excremento de estas y las bacterias generarán un proceso de descomposición orgánico que acelerará la formación de humus para tus plantas.
Los beneficios del humus para tu tierra:
- Ayuda tanto a la retención de agua como a la filtración de la misma, según las necesidades del suelo.
- Da una acertada consistencia a los suelos según su tipo.
- En suelos arenosos compacta, mientras que en arcillosos tiene un efecto de dispersión.
- Facilita la toma de nutrientes por la rizósfera.
- Regula la nutrición vegetal.
- Aporta productos nitrogenados al suelo degradado.
- Hace la tierra más fértil.
- Mejora la asimilación de abonos minerales.
¿Cómo hacer un humus de lombrices?
- Deja remojando la tierra que vayas a usar al menos durante un día.
- Consigue restos de alimentos animales o vegetales.
- Consigue papel de periódico.
- Hazte de un recipiente con su tapa (mientras más grande, más humus generarás); puede ser de plástico, madera o goma.
- Encuentra lombrices en tu jardín; basta con hurgar un poco en la tierra para hallar unas cuantas, o compra algunas lombrices rojas californianas, son fáciles de conseguir.
Aplicación. - Lava tu recipiente y haz algunos orificios en la tapa para que las lombrices puedan respirar.
- Corta en tiras el papel periódico y coloca una capa en tiras en la superficie de tu recipiente; el papel en tiras permitirá que el recipiente se ventile mejor.
- Pon una gruesa capa de tierra suelta, aunque húmeda, sobre el periódico ya colocado en el recipiente.
- Añade los restos de los alimentos.
- Coloca dentro del recipiente a las lombrices para que comiencen a hacer el humus.
- Asegúrate de que tu recipiente quede puesto en un lugar donde no reciba cambios de temperatura o de ventilación.
- Alimenta cada cierto tiempo a tus lombrices con más desechos orgánicos para que sigan generando humus. En 15 días tendrás listo tu primer compuesto para colocarlo en tu tierra.