Al noroeste del estado de Washington, en un rincón donde se combinan las latitudes boreales y las aguas del océano Pacífico, se encuentra La Push, un relicario natural que es también el hogar de la tribu nativa de los Quileute.
Se dice que el nombre de este lugar es una variación de la palabra francesa bouche, “boca”, la cual alude a la desembocadura del río Quileute, donde la comunidad homónima encontró su hogar desde mediados del siglo XIX.
Actualmente la población de los Quileute ronda los 2 mil miembros, quienes relativamente preservan ciertas prácticas rituales y comunitarias que mantienen definida la identidad del grupo. Así, por ejemplo, no es raro que se vea a gente de los Quileute recorriendo las inmediaciones boscosas del río, cazando como los lobos de los que se creen descendientes.
Y sin duda el misticismo de esta tribu encuentra correspondencia con los admirables entornos naturales que sirven de escenario a su vida cotidiana: emergiendo entre la luz y la piedra, disimulando su esencia en la exuberancia de su vegetación, fluyendo de la niebla al agua en un torrente incesante de armonía y color.