Según un nuevo estudio, una planta carnívora del este de Australia utiliza sus tentáculos como catapultas para atrapar a sus presas.
La Drosera glanduligera ha intrigado siempre a los científicos por los dos tipos de delgadas protuberancias que dirige hacia el exterior.
Una de ellas es un pegajoso tentáculo, común en las plantas carnívoras. La segunda, sin embargo, no tiene ese carácter pegajoso, sino que hace movimientos bruscos que hasta ahora no se han conseguido explicar.
Los nuevos experimentos llevados a cabo en laboratorio revelan que esos tentáculos «catapultan» directamente a los insectos en las protuberancias pegajosas, en el centro de la planta, donde ésta aprovecha todos sus nutrientes.
Este sistema de catapulta es muy efectivo, ya que según el coautor del estudio, Thomas Speck, de la Universidad de Friburgo (Alemania), los insectos no consiguen casi nunca escapar.
Es probable que la Drosera glanduligera necesite este mecanismo de catapulta debido a su apetito constante. Una planta de rápido crecimiento, que vive menos de un año, necesita muchos nutrientes y, por tanto, muchos insectos.
Fuente: nationalgeographic.es